Aveces nos comportamos de manera que no somos, hay
diferentes factores o acciones que hacen que variemos nuestra forma de ser. Muchas
de esas veces sin darnos cuenta podemos dañar a personas que no se lo merecen. Es
difícil una vez causado el daño que esa persona te perdone, pero lo más difícil
es perdonarse uno mismo. Siempre se puede olvidar y el olvidar hace que ese
dolor aumente cuando de repente recuerdas la causa y el motivo del dolor que se
causo a una persona inocente. Nunca, nunca se podrá apartar un dolor causado a
un ser que no se lo merece, el corazón esta compuesto de emociones tanto
agradables como dolorosas, se aprende de esas acciones y de lo que dejamos atrás,
se madura y te vas volviendo mejor persona, pero también es posible que ese corazón
solo guarde el dolor y te transformes en un ser que ni tu mismo logres
reconocer, ¿Qué hacer cuando eso pasa?
No hay comentarios:
Publicar un comentario